martes, 14 de julio de 2009

Día 65 - Flashback: La presentación de Martín (la sorpresa)

Martín tocó timbre a las ocho en punto. Tenía puesto un jean azul oscuro, y una remera celeste Polo que le traje de Nueva York. Estaba muy prolijo. Recién afeitado, bañado, y con un olor rico tan fuerte que se sentía desde un metro a la redonda. Traía en sus manos helado para el postre, lo cual fue una buena elección dado que era verano. Todo parecía indicar que la cena iba a ser un éxito.

Saludó primero a mi madre, quien fue la que le abrió la puerta y le dijo que no había necesidad de traer helado. Igual menos mal que lo hizo, porque sino seguro que después de que se fuera mamá hacía algún comentario refiriéndose a que no trajo nada porque "no viene de familia de plata". Lo cual seguiría con un "así que obviamente no es para vos".
En segundo lugar, saludó a mi padre (le dio la mano), y después a Fabián. Yo no sabía muy bien lo que hacer, todos estaban mirando a ver como nos saludábamos, así que optamos por un beso en el cachete. Me daba mucha vergüenza darle un beso de verdad en frente a mis padres. Aparte, seguro que si lo hacía mi madre me prohibía volver a hacerlo hasta el casamiento, porque sino estaría siendo una puta.

Mi madre fue hasta la cocina a ver en qué andaba la comida y dijo que pasáramos a la mesa, porque estaba lista. En ese momento, aproveché mientras pasábamos del living al comedor para acercarme a Martín.
- Nene, me estoy muriendo. Decime qué es lo que vas a hacer - le dije bajito.
- Lo mejor es que no sepas, porque no creo que puedas actuar tan bien como la situación lo requiere.
- Querido, me subestimás. Soy una excelente actriz.
- Sí, pero esto es un momento clave en la historia del casamiento. Haceme caso.
- Bueno. Si vos decís...

Mi papá se sentó en la cabecera, mi hermano en frente de Martín y mi madre enfrente mío. Vino María desde la cocina con una fuente enorme de strogonoff de carne. Le dijo "hola" a Martín, quien le sonrió y le devolvió el saludo. Cuando se fue para la cocina, la vi espiando todo por la cortina de la ventana que da de la cocina al comedor.
- ¿Te gusta el strogonoff, Martín? - preguntó mi papá.
- Sí, claro - respondió.
- A ver, pasame tu plato que te sirvo - dijo mi madre.
Martín le entregó su plato. Yo me paré y empecé a servir coca light a todos, mientras trataba de pensar como iniciar la conversación. No se me ocurrió nada. Mamá siguió con mi plato, el de Fabián, el de papá y por último, el de ella.
- Bueno - dijo mi padre. - Vamos a comer que se enfría.

Yo empecé a masticar, mientras miraba a mi hermano y le hacía señas para que dijera algo. Primero me empezó a hacer caras, pero terminó apiadándose de mí y rompió el hielo, por suerte.
- ¿Martín, viste el partido? - le preguntó.
Ya no me acuerdo ni quién había jugado ese día o el anterior. Ni siquiera lo supe en el momento, pero agradecí la idea de mi hermano porque a Martín le gusta el fútbol. Hablaron algunas pavadas del partido, pero después, nuevamente, hubo un silencio.

- Así que volvieron - dijo mi madre, en un tono irónico, mientras tomaba coca.
- Sí, por suerte - dijo Martín y sonrió. - Creo que nos hizo bien estar un tiempo separados después de tantas idas y vueltas para darnos cuenta de que lo que ambos queríamos era estar juntos.

Yo le agarré la mano, y así nos quedamos. Mi madre nos miró fijamente como diciendo "demostraciones de afecto no, por favor" así que se la solté.
- ¿Idas y vueltas? - preguntó sarcásticamente. - Fuiste vos el que terminó las cosas entre ustedes. Agustina, pobrecita, estuvo tres días sin salir de la cama. Yo no sabía lo que hacer, tuve que mandar a María a que hablara con ella y la consolara.
- Mamá, callate la boca. No sabés de lo que estás hablando. Nosotros dejamos de mutuo acuerdo - acoté.

Martín estaba pálido y no sabía lo qué decir.
- ¿Entonces por qué tanto "pamento"? No parabas de llorar, me lo acuerdo clarito.
- Mamá, ¡basta! Eso fue cuando teníamos dieciséis, y ahora tenemos veinte. No estabamos en la misma sintonía, pero ahora la historia es otra. Yo cambié, él cambió y ahora las cosas entre nosotros están bárbaras. Incluso mejor que antes.
- Es verdad - dijo Martín. - Y yo sé que en ese momento las cosas no terminaron bien, pero yo también sufrí muchísimo. Es más, estando en Israel me di cuenta que Agustina era la mujer para mí y no podía hacer nada.
- ¿Y por qué no hiciste nada cuándo volviste? - inquirió.
- Jaqui - intervino mi papá, y le agarró el brazo. - Cortala.
- Con todo respeto, Jaqueline. Pero en ese momento yo sí quise volver con Agustina.
- Es verdad, mamá. Fui yo la que le dije que no. Sentí que no era el momento - dije. - Pero fue hace dos años eso ya. Ahora yo quiero estar con él, y él conmigo.

Mi padre y Fabián prácticamente no hablaban. Era mi madre la que dirigía la conversación.
- Bueno, está bien. Tuvieron sus idas y vueltas, y ahora quieren volver. Igual, te digo, Martín. La hiciste sufrir mucho, y espero que no lo vuelvas a hacer.
- No lo voy a hacer, en serio. Como dije antes, me di cuenta de Agustina es la mujer para mí - dijo.
- Y vos sos la persona para mí, Martín - dije, empezando con la actuación. - Cada día lo siento más.
- Ay, Agustina, no seas tonta - dijo mi madre. - Sos muy joven para decir esas cosas. Tenés que conocer a otros antes de decir que es "la persona para vos".
- No me parece -agregué. - Cuando lo sabés, lo sabés.

Mi hermano me miraba, y prestaba atención a toda la situación, pero no lograba entender. Todavía no había tenido oportunidad de contarle mi plan. Lo único que le había dicho era que Martín me iba a ayudar a conseguir el departamento, pero los detalles los desconocía.

- Contame, Martín. ¿Qué estudiás? - preguntó papá, en un intento de darle un giro a la conversación.
- Administración de empresas. Y trabajo con mi padre en su empresa- contestó.
- Mirá que bien - dijo papá. - Arrancaste a trabajar muy joven.
- Sí, es que me quiero independizar - dijo. Y yo aproveché la situación.
- Claro, sí. A mí también me gustaría vivir sola en algún momento. Pero acá es carísimo. Todos los gastos comunes, la comida. Para una persona sola es mucho - dije, y recé porque Martín entendiera la idea.
- Pero entre dos es más fácil. Podríamos vivir juntos - dijo. Yo sonreí.
- Me encantaría - acoté. - Nos re imagino conviviendo.
- Ay, chicos, no sean ingenuos. Tienen veinte años. Además - me miró -bajo ninguna circunstancia te pienses que vas a vivir con alguien antes de casarte.

La miré sin contestarle.
- Sobre eso les quería hablar - dijo Martín. Mi cara se transformó.
- ¿Sobre qué? - preguntó mi madre extrañada.
- Yo tampoco entendí - agregó papá.
- Ni yo - dije.
- Bueno, en este último tiempo me di cuenta de muchas cosas - empezó. - Además de que me di cuenta de que quiero estar con Agustina, y con nadie más que con ella, me di cuenta de que quiero verla mucho más. Me dan ganas de estar con ella todo el tiempo - dijo, y me miró. - Te extraño cuando no estoy con vos.
- Yo también, mi amor - dije, y sonreí. - Quiero todo con vos. Cada vez que te veo pienso en nosotros, y puedo ver un futuro.
- Yo quiero un futuro con vos. Lo sé con absoluta certeza.
- Yo también. Quiero que lo nuestro dure por muchísimo tiempo más. Y que sigamos tan bien como hasta ahora.
- Chicos, ¡cuanta cursilería! - chilló mi madre.
- No es cursilería, Jaqueline. Estoy enamorado de su hija.

Aunque sabía que era mentira, se me llenaron los ojos de lágrimas por escucharlo. Deseé con todo mi ser que fuera verdad. Se me vinieron a la cabeza mil momentos con él y me hubiera encantado que fuera cierto que me amara. Para sentir que todo había sido por algo. Que de verdad, tantas idas y vueltas (que eran muchísimas más de las que mis padres sabían) nos hubieran llevado a darnos cuenta de que nos queríamos de verdad. Para siempre.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la imagen de Martín parándose y metiendo la mano en el bolsillo del pantalón. Yo levanté la vista. Él sonrió.
- Agustina, quiero pasar el resto de mi vida con vos. ¿Me harías el honor de ser mi esposa?

Mi papá dejó caer el tenedor. Mi hermano escupió toda la coca que acababa de tomar. A María, que desde la cocina estaba escuchando todo mientras pretendía lavar platos, se le cayó uno. Mi madre se atragantó. Empezó a toser, se puso toda roja y se le llenaron los ojos de lágrimas (que no llegué a entender si eran de supuesta alegría o por estar atorada).

Yo no sabía que hacer. Tal como Martín lo había dicho, mi reacción había sido de sorpresa absoluta, por lo que fue creíble. Pero no le pude contestar, porque miraba a mi madre que agitaba los brazos, tratando de hacer señas que nadie entendía. Mi padre le golpeaba la espalda, mi hermano también, a la vez que me miraban. Yo estaba estupefacta.

Cuando mi madre finalmente dejó de toser, chilló "contestale al chico de una vez, pobrecito".
Me reí, me paré y lo miré a los ojos.
- Por supuesto que sí - dije. Y lo abracé.

Mi papá le hizo prometerle que me iba a "cuidar bien". Mi mamá empezó con idioteces.
- ¡Y yo que pensé que no ibas a conseguir marido nunca! - chilló.
Yo seguía abrazada a Martín y ni le presté atención a su comentario estúpido. Desgraciadamente, lo siguiente que dijo hizo que fuera imposible ignorarla.

- Martincito, ¡bienvenido a nuestra familia! Ahora falta que conozcamos a tus padres. ¡A fin de cuentas todos vamos a ser parientes!

34 comentarios:

  1. me encanta el recurso Flashback!!!!

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  2. Y yo que al ppio queria a tu madre...

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  3. Agustina te amo tanto tanto tanto, cual amiga de fotolog.. Este post es sublime, lo estuve esperando desde el día dos.

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  4. Julia: Y quedan bastantes todavía!

    Fran: Sí, pero nunca entendí por qué. You're crazy!

    Mari: Jajajaja. Tuviste que esperar bastante. Ahora dentro de poco viene el de la presentación familiar, que también deberías esperarlo. Va a ser sublime. La presentación lo fue.

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  5. No se si es que veo muchas películas pero de una me imagine que iba a hacer eso jajaja

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  6. CHAN!! Cuando contaste el momento de la propuesta me cagué de risa. Bo que dura que es tu madre por Dios!! Menos mal que al final no se opuso!! Tengo la sensación de que Martín le cae bien a tu viejo, o que por lo menos se entienden. La verdad que es un genio. Se pasó con la idea :) Beso!!

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  7. Mmm me seguís dejando con la intriga!, ahora quiero saber qué onda la presentación con los papás de él, soy insaciable jaja.
    Y Martín me cae cada día mejor.

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  8. lo sabia lo sabia lo sabia....
    Ay Agus que te hagan la sitcom rapido....Pegale un llamadito a Suar o a Tinelli asi se ponen las pilas...

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  9. Claire: A mí en un momento se me cruzó por la cabeza. Después pensé "no, no hay chance que se anime". Y al final bueno, sí. Jajaja

    Mauri: Mi madre es durísima! Y creo que no se opuso porque sino pensó que iba a ser soltera para siempre, jajaja.
    Y Martín y mi viejo sí, qué se yo, se entienden. Pero viste como es, Martín le llevó a su princesita. Jajaja

    Maite: Uhhhh bien o uhhhh mal? jajaja

    Bár: Jajaja. Ese va a ser otro post interesante. Fue una noche peculiar, por decirlo de alguna manera. Jajaja

    Simplemente yo. Jajaja. Ay, yo re quiero, ya te dije. Pero nadie me llama :(

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  10. agus. es muy novelezco todo. fue enserio asi?

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  11. Tu madre a pesar de toda su alcurnia es una reverenda POROTA !!

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  12. Posta que no puedo imaginarme cómo va a ser la cena entre las dos familias, increíble.

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  13. Leila: Si es novelezco leerlo, imaginate lo que fue estar ahí!

    Cris: Jajajaja

    Vicky: No sabés lo que fue. Ardió Troya

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  14. Estoy de acurdo con Bárbara en cuanto a lo de que ahora queremos saber lo de la noche de presentación. Me imagino todo como la película "la familia de mi novia" y "la familia de mi novia 2" jajajaja.
    Besos agus!

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  15. Jajaj Uuuuhhhhhhhh mal de que quieran conocer a los papás de Martín

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  16. Qué epopeya!!!

    Jajajaj Martín es definitivamente un hombre valiente!

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  17. Facu: La noche de presentación fue bastante peculiar. Uno de estos días les cuento todo.

    Maite: Jajajaja, sí, pobres. Los tuve que meter en todo esto.

    Anabella: Jajajajaja, sí. Muy!

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  18. Yo creo que a tu vieja ya la estampé contra la pared mínimo treinta veces, va con amor.
    Quiero leer la continuación! Beso agus :)

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  19. Agus, te conté que yo lo banco a Martín?
    Jjajajajaja


    Tu mamá me cae mal y me provoca hacer comentarios muuy feos sobre su persona.
    Es feo eso, jajaja eso se siente como MUCHO por la mamá de uno pero no por otra madre.
    Felicitala a Jaqui, es toda una odiosa mundial!

    Beso Agus!

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  20. Ah, noooo! Yo me muero muerta ahí mismo!

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  21. esto es genial mujer.. toda la preparacion de Martin

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  22. Tu vieja es de manual, al final resultó ser una casamentera!!!

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  23. Detesto a tu madre =B
    Martín es mi ídolo :)

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  24. Cs: Con amor??? Jajajaj. Mirá que te entiendo. Yo lo pensé miles de veces.

    Isa: Jajaja, sí.
    Y sí, mirá que tiene ganado el odio de mis amigas también. No sólo se lo ganó en el mundo virtual. En el real también. Así que no te preocupes!

    Gala: casi lo hago!

    Mine: Casamentera sólo porque pensó que sino me quedaba soltera de por vida! jajaja

    Dani: Todos. Y sobre Martín, bastante gente lo quiere también. Va a estar difícil decidir.

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  25. Jaaaaaaaaa, buenisimo!!! me encantó!!!! lo describís tan bien que me lo imagino clarisimo!!!
    Y yo que pensé que a tu mamá no le iba a gustar la idea!

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  26. Jajajaj debe ser muy buen pibe Martin. Aprovecho a actualizarme hoy porque vengo bastante atrsada!!!! besos!

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  27. Floripondio: Sorry, me quedó sin contestar tu comment. Sí, pobre. Debe haberse tenido que preparar mentalmente para esto. Jajaja

    Amante: Jajaja, gracias. Y para mí que sólo le gustó para que no me quede soltera de por vida

    Lunatica: Es muy buen pibe. Conmigo es un divino.

    Malhumoretti y Neptuno: Total. Es un grande!

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  28. "Yo no sabía lo que hacer, tuve que mandar a María a que hablara con ella y la consolara."

    Yo pensé que la peor mamá del mundo blogueril era la de LG. Pero no. Esta señora le gana.

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  29. Agus perdón por la tardanza, pero esto de las vacaciones me volvió una vaga... la frase de tu madre: pensé que nunca ibas a conseguir marido es bueh... sin palabras! Martín estuvo de 10!

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  30. Ojalá alguien te lo proponga de corazón! :)

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  31. Y tu mamá me hace acordar a mi abuela Kico! Jaja

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  32. Anónimo: Creo que están cabeza a cabeza. Te diría que en algunos momentos es peor la mía, y en otros, la de LG.

    Soli: Todo bien! Y jajaja, esa frase fue lo peorrrr.
    Sí, Martín es lo más.

    Capitana: Ojalá!!!
    Y si tenés alguien parecido a mi madre, oh god, no puede ser bueno eso. Jajaja

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