sábado, 4 de julio de 2009

Día 55 - Por alguna extraña razón

Una vez, cuando seguía viviendo en casa vieja, a mi hermano se le ocurrió que quería hacer una pizza. Como yo sabía que seguramente algo ibamos a hacer mal, le dije que pedir una por teléfono iba a ser mejor, pero me contestó que no. Dijo que tenía ganas de preparar esa pizza con jamón y aceitunas que estaba en el freezer y que en algún momento teníamos que aprender a cocinar así que por qué no aprovechar.
No hace falta decir que no sabíamos ni cómo prender el horno. Probamos mil cosas entre los dos y no pudimos. En nuestra defensa, había sido cambiado hace poco y no teníamos manera de saber como funcionaba.
Después de un rato largo en el cual tocamos todos los botones posibles, sin éxito, le propuse a Fabián abandonar la idea, pero se negó. "Tengo terrible idea, gorda. Andá al comedor un segundo y no mires así después te maravillás con lo que se me ocurrió". Cuando, efectivamente, volví a la cocina a ver qué mierda estaba haciendo, vi la asadera con la pizza arriba de las hornallas y a Fabián con una cara absoluta de felicidad.

El resultado de esa brillante idea fue una pizza quemada abajo y cruda en el medio, pero por la cual mi hermanito quería seguir luchando. La dio vuelta (o sea que quedó el lado de la muzarrella pegado a la asadera), y la dejó así un rato.
Cuando la sacó, raspó todo lo que estaba negro de la parte de abajo y la puso en un plato. Se fue a su cuarto a chatear y cuando volvió estaba fría, así que se le ocurrió meterla en el microondas. Yo la probé y casi vomito. Él se la comió entera.

Ayer cociné pizza con otro hombre, el vecino. Pero cociné de verdad. Y quedó exquisita. No me acuerdo exactamente cómo fue que preparamos todo, sólo sé que hicimos la masa por un lado y la salsa por otro. Siempre me pasa que cuando son tantas las cosas que hay que retener, me pierdo. Igual, que me enseñara a cocinar fue una excusa para verlo, porque tengo clarísimo que nunca voy a ser capaz de reproducir esa receta y lograr un resultado tan bueno como el de ayer.

Me acuerdo de que me iba explicando, paso a paso, como preparar la masa. Sé que llevaba harina, levadura y aceite, pero no sé ni en qué orden ni qué cantidades. Lo único que recuerdo es a Sebastián agarrándome la mano para mostrarme como se amasaba. Sobre los detalles de preparación de la salsa tampoco me acuerdo mucho, pero sí tengo la imagen de mi vecinito contándome sobre las diferentes maneras de hacerla. Yo asentía, pero no registraba nada de lo que me estaba diciendo, porque estaba muy ocupada imaginándome como sería vivir con él y comer cosas ricas todos los días.

Cómo les dije, nunca me acuerdo de los detalles. Sólo sé que en un momento, sentí como si alguien le hubiera puesto pausa a la situación, y me hubiera permitido alejarme y ver todo desde afuera. Como si estuviera mirando una película, y tuviera en frente a la protagonista.

La imagen que observé fue la de cierta chica que en otro momento había dicho que no se iba a volver a involucrar con nadie, haciendo una actividad que supuestamente odiaba, pero que por alguna extraña razón, esta vez estaba disfrutando.

18 comentarios:

  1. por dios, vivi la misma experiencia. cocinando pizzas e imaginandome la vida al lado de un hombre que nisiquiera conocia. pensando que alguno de los dos si podia cocinar y tener exito. que yo no tenia problema en salir a laburar si el me esperaba con la comida calentita. y obviamente, lo bien que le quedaba el delantalcito negro....

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  2. y como para no disfrutar con un papurri Komo Sebastian! hasta aprender a remachar botones debe ser divertido se te enseñan asi...

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  3. Eso es MUY película, pero muy muy. Y me encanta.

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  4. uh las cosas se estan poniendo mas serias q solo vecino cn beneficios (y qe beneficios, comidaaaa)???

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  5. Ay, me imaginé la situación y me encantó.

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  6. Qué bueno poder ver todo con objetividad.

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  7. Leila: Jajaja, Sebastián tenía uno de esos que dicen "kiss the cook".

    Anónimo: Jajajaj, me encantó la palabra "papurri"!

    Gala: A mí también!

    Lucila: Me parece que te confunidiste a Martín con Sebastián. Martín es mi amigo con beneficios (y mi marido) y Seba es mi vecino.

    Pau: A cierta señorita también le encantó, jajaja.

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  8. Al principio no me gustaba mucho el vecino y prefería a Martín, pero con éstas escenas que contás, muy de película como dijeron, me parece que aguante Seba.

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  10. Todos quisieramos un vecino como el tuyo!!

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  11. la vida te sorprende a vecs disfrute!!! no hay nada mejor que pae lo que menos esperabamos y mas si lo disfrutas

    Vamos por mas pizzas

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  12. Si si , hay tantos pequeños momentos que pensamos que no ibamos a disfrutar y terminan siendo experiencias hermosas...
    Besos y arriesgate a vivir más de esos.

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  13. UHH qué ganas de hacer Pizza por favor!! Yo también quiero aprender :( Saldré a buscar por el edificio una vecina que me enseñe?? (JAJA) Beso!!

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  14. Bárbara: Yo sigo sin saber!

    C.: Jaja, ya sé. Soy afortunada!

    Freedom: Por más pizzas, entonces!

    Cris: Sí, es verdad. Que sean más!

    Mauricio: Jajajaja, salí y capaz que encontrás!

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  15. Me encanta el vecinito, parece que de momentos cotidianos hace momentos mágicos.
    Me en-can-ta.

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  16. lo lindo de que la gente te enseñe es que después, si volvés a hacer una pizza, vas a pensar irremediablemente en él. es como que se apodera de un recuerdo tuyo.

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  17. Aca volvi, che perdi de todo!!! y bueno todo sea x el cambio de decada!!! Che que rico pizza... Esta noche me hago una... aunque debo decir que nunca hice... no importa esta bueno siempre hacer cosas raras...jajajaj Besos!

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  18. ¿sabes por que lo disfrutás? POR QUE EL VECINO ES LO MÁS! ja
    ¿por lo menos estaba buena la pizza?

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