martes, 29 de septiembre de 2009

Día 136 - A (not so) happy childhood

Estos últimos días han sido una locura total. Mi madre me estuvo llamando cinco veces por día para ver si sé algo de Fabián. Siempre le contesto que no, que me avisó que está bien, pero que no sé exactamente donde está ahora. A él también lo llama todo el tiempo, y le dice que se deje de pavadas y vuelva a casa vieja. Pero por ahora, mi adorado hermanito, no tiene planes de volver.

La verdad es que juntos la estamos pasando bárbaro. Yo extrañaba mucho tenerlo cerca, y además extrañaba tener con quien hablar. Por supuesto que me encanta vivir sola, pero cada tanto me pasa de querer contarle cosas a alguien y no tener a quien, o querer compartir algo y darme cuenta de que además de mi enorme y hermoso cuadro de los Beatles, no hay otras figuras humanas en mi hogar. Y contarles a ellos cosas no tendría mucho sentido porque, obviamente, no me pueden contestar. Y, si lo hicieran, me daría cuenta de que finalmente enloquecí, lo cual tampoco sería bueno.

Sin embargo, sé que para él la situación no es la mejor. Si bien está cómodo, yo siento que piensa que estorba, que molesta, que está en un lugar que no es suyo. Y por más que a mí me encante tenerlo cerca, sé que pasar las noches en un sobre de dormir tiene un límite. Y sé, además, que él también sabe que esto es algo pasajero.

El tema es que cada vez que me quiero sentar a hablar con él, terminamos recordando anécdotas de nuestra niñez. Y no son precisamente divertidas. Son, en su mayoría, recuerdos de una infancia muy poco común. Con una madre autoritaria y lejana, un padre ausente y bipolar, y una María llamada Claudia que nos crío en ese contexto, se podría decir que nuestra infancia de feliz no tuvo mucho. Y cuando pienso en nuestra niñez, sé que la principal causa de que fuera tan mala fue mi madre.

A nosotros nos mandaban a una escuela bilingüe, desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde.
A mis padres los veíamos un rato antes de ir, pero ni siquiera nos prestaban mucha atención. Mi madre, nos decía que no le podíamos hablar porque se acababa de levantar y mi padre algo nos hablaba cuando nos veía, pero esto no era la regla, sino la excepción. Él estuvo sin trabajar muchísimo tiempo a costa de su enfermedad, sobre la que hablaré en otro momento, entonces se levantaba alrededor de las once de la mañana, cuando ya nos habíamos ido.

Cuando volvíamos del colegio la situación no era muy distinta. Nos bañaba y nos vestía Claudia. No podíamos invitar amigos a casa porque, según mi madre, "desordenábamos mucho". Ella llegaba de trabajar a eso de las siete y media, a las ocho comíamos, y ya a las nueve otra vez no se le podía hablar porque "ya era tarde". Mi padre llegaba a eso de las ocho, también. A las nueve y media, obligados, teníamos que ir a dormir. Para que tengan una idea de la ausencia de ambos padres, les cuento que la que nos leía cuentos antes de dormir era Claudia.

Los sábados, que en teoría podían ser un momento de distensión, nos obligaban a ir a una especie de club judío. Desde las dos de la tarde hasta las seis y media. Y el sábado de noche, salían con amigos y nos dejaban a cargo de , obviamente, Claudia.

Es por todo esto y mil cosas más que pienso que mi madre de madre no tuvo mucho. Y yo, con el tiempo, logré dejar todas estos recuerdos atrás. En parte porque son cosas que no quiero tener presentes, y en parte porque a mi madre ya no la veo, entonces ya no pienso en estas cosas. Sin embargo, cuando vivía en casa vieja, era algo que estaba en el aire todo el tiempo. Cada vez que nos sentábamos a almorzar, y estábamos veinte minutos o media hora sentadas una en frente de la otra, sin hablar porque ya directamente no teníamos de qué, no podía evitar pensar en cuánto me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes. Que tal vez, si alguna vez se hubiera interesado por algún aspecto de mi vida, capaz que podríamos entablar una conversación.

Entonces, pensar en que Fabián vuelva para casa vieja me rompe el corazón. Porque sé que estar ahí es revivir todo. Ver que no hay pan para que no engordemos, ni un paquete de galletitas porque el chocolate está prohibido, indefectiblemente te hace recordar las veces que deseaste que las cosas fueran diferentes. Que la heladera estuviera repleta de cosas ricas y que, al cerrarla, hubiera una madre cerca que te dijera "te quiero" en vez de "no me hables que me duele la cabeza".

24 comentarios:

  1. Definitivamente, por lo que contas, no fue la mejor infancia y seguramente fue muy duro para ustedes dos. Y por un lado esta bueno que trataras de dejar todo eso atrás porque es algo que no te beneficiaba en nada y te restaba en muchas otras. Pero creo que si bien vos tenes que hablar con tu hermano y ayudarlo lo más que puedas, también es importante que el tome la decisión de lo que quiere hacer.
    Saludos Agus!

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  2. Esa visión romántica de la niñez como el mejor momento de la vida dista mucho de la realidad. Generalmente ahí están las situaciones que te marcan a fuego.

    Pero en vos está cambiar las cosas ahora (antes no decidías, ahora sí). Ayudá a tu hermano. Me gusta la dupla que hacen! :)

    Besos

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  3. Coincido con lady: ambos (tu hermano y vos) decidieron cambiar su situación, y dejar atrás los malos recuerdos. No te desanimes!

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  4. Listo, lo confirme. Vivir con tu familia es una tortura china. Sentite 100% justificada por lo que hiciste, Agus.

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  5. Pf... yo que me quejaba de mi mamá.
    Yo coincido con los comentarios anteriores, su vos pudiste dejar todo eso atrás, aunque indirectamente te siga afectando, tu hermano también va a poder.

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  6. Sinceramente admiro lo fuerte que sos, que suerte que se tienen el uno al otro con tu hermano.
    Hablar con tu abuelo para que le habilite un dpto en el mismo edificio que vos no da? Porque asi estarian cerca, pero no en el mismo lugar.

    Besos, Estefi

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  7. Sólo esto: un abrazo para vos y para Fabián. Y nada más.

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  8. Te entiendo, es todo lo que puedo decirte...

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  9. Me partiste el corazón. Indispuesta y sensible... imagináte.

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  10. Perdón por la crudeza, pero cuando leí todo lo que escribiste no pude parar de preguntarme ¿para qué tuvieron hijos si iban a actuar para con ellos como si no hubieran querido tenerlos?

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  11. Me pone mal solo de leerlo, me imagino vivirlo pero por suerte sos como sos y lo pudiste superar.
    Dicen que lo que no te mata, te fortalece y en este caso creo que se aplica.
    Me parece que de ahora en adelante,tenes que tenerlo presente para no cometer los mismos errores que tu familia cuando vos quieras formar una. No ser lo que odias.
    Eso de tenerlo presente, lo minimo y necesario, tampoco taladrarse con ese tipo de recuerdos.
    Con respecto a tu hermano, estas actuando re bien y darle apoyo es lo mejor que podes hacer, la charla ya se va a dar. Dale tiempo para asimilar las cosas.
    Una pregunta fuera de tema, tu abuelo como esta?



    Besos, Rodrigo.

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  12. Ay, me partís el alma. Pero sabés qué? Que la chupe. Ella se lo pierde.
    Cómo está funcionando el tema plata con tu hermano?

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  13. Eso de tratar de dejar atrás las cosas y no tenerlas presentes... sé muy bien lo que es. Todavía no hemos tenido la oportunidad de hablar esto detenidamente pero en fin, comparto alguans de tus sensaciones. Besos, Agus!!

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  14. Emi: Es que no quiere volver, pero tampoco tiene plata para irse solo. Entonces está acá por ahora, pero qué sé yo, es transitorio esto.

    Lady: Somos geniales juntos!

    Soli: Pero él va a tener que volver en algún momento. Me da mucha pena.

    Mine: Viste? Sebastián nunca lo terminó de entender :(

    Bar: Es verdad, con el tiempo supongo que va a poder. Pero no quiero que vuelva a casa vieja. Poor thing.

    Estefi: Eso sería genial. Pero genial genial. Best case scenario. Habría que hablar con él, sí. Por ahora no sabe nada.

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  15. Pau: Gracias.

    Inti: Gracias, también.

    Madie: No es crudeza. Yo me pregunté lo mismo toda la vida.

    Rodri: En eso pienso siempre. Diste en la tecla. En que nunca pero nunca voy a ser así si algún día decido tener hijos. Quiero ser todo lo opuesto.
    Y mi abuelito, bien, por suerte. Gracias por preguntar :)

    Mari: Estoy pagando todo yo. El pobre vino a casa con 120 mangos en al billetera.

    Mauri: Es verdad, we haven't had a chance. But we will!

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  16. Loli: Se me pasó tu comment, sorry! Jajaja, no era buen momento para leer el post :(

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  17. Que tremendo, debe haber sido tan dificil, y mas siendo chicos, se sufre el doble, todo se maximisa, bue! qe te voy a decir a vos qe lo viviste junto con tu hermano.. Lo positivo, ustedes saben lo que NO tienen qe hacer el dia de mañana
    Besote

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  18. Muchos mambos de por medio. ¿Tu hermano también se analiza?

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  19. Este post es especial. Se nota la intensidad de las palabras, la marca. La marca de los padres es un tema que me apasiona. Tus papás quizas creyeron que la función era solo organizarles la vida. Es dificil opinar porque pienso en cuáles serán sus carencias (las de tus papás); cuál será su historia; 'cómo los habrán tratado sus papás. Quizás ellos no pudieron quebrarla. Pero, vos Agus por lo que escribis y como lo escribís es evidente que vas a truncar la historia. Saludos!

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  20. Definitivamente cada paso que damos en la vida está quieramos o no marcado por el pasado que nos dieron nuestros viejos.
    Ahora, eso no quiere decir que no se pueda... dale una manaza a Fabián y que salga de esa tortura, bueno ya se la estás dando... ideen algo para que el también tenga su lugar, desde otro lado las historias se ven distinto.

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  21. QUE TRISTE TU HISTORIA, PORQUE A PESAR DE TENER TODO A TU ALCANZE..LO FUNDAMENTAL QUE ES , UNA MAMA, NO LO TUVISTE.

    BESOTES

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  22. Qué bajón.
    Pero bueno, ya estás en la parte de tu vida donde la historia la empezás a hacer vos. Te quedan esas marcas del pasado, pero elegís para donde ir y, sobre todo, como.

    Saludos!

    Andrea

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  23. Uyyyy de todo lo que me perdí! Es muy fuerte lo que contas, y creo que pasa que muchas generacines de madres lo fueron por imposición social y no elección..., y es muy triste saberlo, y que te lo hagan notar. Vos podes cambiar tu presente, y tenes a tu hermano que te adora!
    Beso!

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