miércoles, 13 de mayo de 2009

Día 3 - Análisis costo-beneficio

Mientras me preparo el café, disfruto de la tranquilidad de mi nuevo hogar. Me doy cuenta de cuanto me gusta este departamento. No sólo el lugar, sino el silencio, la soledad, la libertad.
Por otro lado, debo decir que tener mis 48 metros cuadrados tuvo su precio. Uno bastante caro, y no exactamente en términos monetarios.

Desde los trece años mi abuelo me decía en cada cumpleaños: para el de los dieciocho te regalo el auto. Yo cumplí la mayoría de edad, y el cumplió su parte. Mientras estábamos almorzando en mi casa vieja me dijo "tengo una sorpresa para vos". Bajé y ahí estaba -mi bebé- un Corsa sedán gris, envuelto con una enorme moña roja.
-Es el mejor regalo que recibí en mi vida.
- Yo sé que es lo que querías, chiquita. Más adelante vamos a hablar de un departamento.
- ¿En serio? ¿¿¿Cuándo???
- No te adelantes. Sabés que lo que yo digo lo cumplo, pero todavía no es el momento.

"El momento" llegó hace más o menos cuatro meses, pero con una condición:
-Cuando te cases te regalo el departamento. Quiero que encuentres un "buen muchacho"- dijo. Apoyé la hamburguesa que estaba comiendo y lo quedé mirando fijamente.
-No tengo novio - le dije sin entender como pretendía que me casara.
-Ya vas a encontrar. Una chica como vos consigue cuando se lo propone.

Podría haberle contestado un millón de cosas. Que tengo sólo 21 años, que no sabía si alguna vez me iba a querer casar , que tenía planes de viajar por el mundo y no estar atada a nadie, que no me veía conviviendo con otra persona.

Pero en vez de eso, hice un análisis costo-beneficio, tan común en mi carrera. Pensé en las ganas de vivir sola, de no soportar más a mi madre todos los días, de no tener la obligación de ir a los cumpleaños familiares ni seguir las tradiciones judías.

Y me casé con Martín, mi "amigo con derechos".

9 comentarios:

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  2. me-mue-ro
    seguís con martín?
    (borré el de arriba porque se me mandó sin terminar)

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  3. Jaja, sí. No sabría como definir nuestra relación actual, pero seguimos juntos. Sólo que ahora somos marido y mujer!

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  4. ¡me quedé con ganas de más!

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  5. holaa! recién estoy poniéndome al día con el blog, leí de los últimos posts y no quise perderme nada de cómo empezó todo...

    y me sentí más q identificada con uan parte: "Pensé en las ganas de vivir sola, de no soportar más a mi madre todos los días, de no tener la obligación de ir a los cumpleaños familiares" Mil veces muero por tener MI lugar, no veo la hora de q llegue ese momentoo!

    Saludos!
    Bel.

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  6. guau... vaya saltoq diste... me tiene metido esta historia de ¿amor? y ganas de libertad que escribes,,,


    bye

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  7. recien entro a tu blog...y me encontre con esa "ciega a citas"...no pude más que empezar a leer desde el principio!! WAUU lo de Martin!!..Que loco..para tener libertad...atarse a un matrimonio...
    Sigo leyendo entusiasmada...
    Un beso!!

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