domingo, 24 de mayo de 2009

Día 14- Feliz domingo

El llamado de mi madre llegó hoy, pero no precisamente para hablar de la alianza.
- Hola?
- Agus, ¿cómo estás? - le reconocí la voz.
- Bien, ¿cómo anda todo por ahí?
- Bien, todos bien.
- Me alegro.
- Decime, ¿venís a comer hoy?
- ¿Quiénes van?
- Nosotros, Marce y tu abuela.
- No, gracias.
- Vamos, Agustina. No te pongas así...
- ¿Así cómo? Me preguntaste si iba, te digo que no. Punto.
- Es tu abuela y te quiere ver. Quiere saber qué tal tu nuevo departamento - dijo, en un intento patético por convencerme.
- No me interesa. Además tengo empanadas en el horno - mentí.
-Sólo por hoy, la otra semana se va a Europa con las amigas. Te quiere ver antes, te extraña - agregó, poniendo palabras en la boca de mi abuela.
- Basta de intentar por el lado de la culpa. Ya me lo banqué por años.
-Ay, Agustina. No seas exagerada.
- No lo soy. Para que la viera recurrías o a la culpa o a tu amada frase "cuando vivas sola hacés lo que quieras, pero mientras vivas bajo mi techo las reglas las pongo yo". Finalmente, vivo sola.
- Qué difícil que te ponés! No te cuesta nada venir.
- ¿Qué? Por favor. No quiero volver a escuchar una sola vez en mi vida que estoy gorda, que elegí mal la carrera, que tendría que haber sido telefonista porque no sirvo para otra cosa, que casarme con Martín no fue una buena elección porque no tiene plata suficiente para mantenerme y que tengo que ir al templo todos los viernes.
- Bueno, tampoco es que te dice esas cosas siempre.
- Mamá, por favor. Me da lástima por Fabián, seguro que lo seguís obligando a ir. O que la invitás a comer y no le decís nada a él para que no se escape, como hacías cuando estaba yo.
- Lo habré hecho cuatro o cinco veces nada más...
- No importa!
- ¿Y si le digo que no te diga nada?
- ¿Me estás hablando en serio? Me dice que estoy gorda desde que tengo ocho años! Me ve comiendo pan y me hace gestos de que me va a crecer la cola. Me como una milanesa y me dice que lo frito engorda horrible y hace que te salgan granos.
- Bueno, pero la última vez que te vio te dijo que la dieta te había hecho bien. Tu problema es que siempre mirás lo negativo.
- ¿Lo negativo? ¿Se supone que eso sea un cumplido?
- Y sí!
- Basta, mamá. Desde que me mudé estoy en paz. Por primera vez en mi vida me puedo comer una galletita de chocolate sin tener culpa.
- Cométela, pero si después estás gorda no me vengas a pedir plata para la nutricionista.

Y le corté.

6 comentarios:

  1. Que feo empezar el domingo con una llamada asi!!
    Por ellas (mama y abuela) comete un paquete de chocolinas y un pote de relleno de bon o bon..

    Besos Agus..

    ResponderEliminar
  2. Es horrible, pero era mucho peor cuando vivía en la otra casa, creeme.
    Y sí, chocolinas, relleno de bon o bon, y otra bolsa de facturas no me vendría mal tampoco, jaja
    Besos!

    ResponderEliminar
  3. AH! pero esa mujer es chotisima. Adorable en si.

    ResponderEliminar
  4. ¡Ay, me puso nerviosa!

    COMETE TODO, SE FELIZ.

    Además, comer con culpa engorda más.

    Besos,
    Sol.

    ResponderEliminar
  5. jajaja... yas voy entendiendo xq tu apuro por salir de casa y vivir sola...

    ResponderEliminar