miércoles, 27 de mayo de 2009

Día 17- La nueva y la vieja

Hoy tuve mi primer encuentro con la nueva María. Debo decir que, por suerte, es de las que respetan el espacio del otro. Ella hace su trabajo y me deja tranquila, al contrario de la vieja María.

María nunca entendió el concepto de que podés querer estar un rato sola sin que nadie te moleste. Me pasaba de estar buscando información para algún trabajo y que se me parara atrás y me preguntara que estaba haciendo. Cuando le contestaba, seguía parada mirándome como si nada, y se quedaba ahí hasta que sonara el teléfono o algo por el estilo. Una vez se quedó una hora entera apoyada en una silla atrás mío, hasta que agarré mi celular como si estuviera mandando un mensaje y llamé al teléfono del living.

Otra actitud extremadamente molesta era su costumbre de sentarse siempre en la mesa cuando yo estaba comiendo. Una vez, le dije que me gustaba comer sola, y por alguna extraña razón pensó que "sola" se refería a "sin mamá". Asumió, que a ella no la incluía y decidió seguirse sentando absolutamente todos los días. Probé de todo. Si prendía la tele para que entendiera el mensaje, no sólo se quedaba sino que interrumpía mis series para hablarme idioteces. Si me llevaba algún libro de facultad, me hablaba como si yo no tuviera nada que hacer. Si me ponía a hablar por teléfono, se quedaba al lado mío escuchando toda la conversación.

Llegó un punto en el que dejé de ir a la cocina mientras ella estuviera por ahí. El costo era demasiado alto, así que empecé a comprarme comida que pudiera tener en mi cuarto para no tener que moverme de ahí. Me recluía hasta que María saliera o se pusiera a dormir la siesta. Pero tampoco era suficiente. Más de una vez me abrió la puerta sin tocar y un día casi me agarra en bombacha poniéndome crema en las piernas. Dio la casualidad de que tenía abierta la puerta del ropero y me escondí.

Además, María tenía complejo de actriz. Cuando escuchaba que alguno llegaba, se ponía a hacer ruidos y a resoplar para que le preguntáramos si le pasaba algo. Pero, si alguno efectivamente le preguntaba, decía que no era nada. También, todas las semanas le pasaba algo diferente. Hubo una época en la que gritaba a los cuatro vientos que no estaba comiendo. Los cuatro le preguntamos por qué y su respuesta fue que "era un tema religioso". Nunca explicó que era, pero cada vez que te acercabas a ella decía que tenía hambre, y cuando le decías que no se podía estar sin comer, te contestaba que no entendías nada.
Después de eso, hubo una serie de síntomas de alguna patología inexistente. Un día le dolía el brazo, después faltó porque le habían sacado una muela, otro día tenía tos. La mejor de todas fue, sin dudas, cuando apareció con una gasa pegada con cinta adhesiva en la pera porque "le habían sacado un lunar".

Todo eso, por suerte, es cosa del pasado. Ahora tengo María nueva, que me dejó la cocina y el baño relucientes, el cuarto ordenado y un montón de ropa para secar. Tendré que planchar, sí. Pero no puede ser tan grave. Cuando estuve en Nueva York, no tuve más remedio que lavar la ropa y plancharla, así que por lo menos hay un precedente.
De mi habitación, por supuesto, se encargaba housekeeping.

8 comentarios:

  1. Me alegra que sea así la nueva María!
    Hoy, justamente, les explicaba a mis amigas como es el peinado "A lo Maria"; no se la tuya.. pero la mia se hacia un rodete con parte del pelo y lo restante una trenza.. Tu Maria nueva tiene ese peinado? Si no tiene no vale..ja..
    Besos Agus..

    ResponderEliminar
  2. Bueno, tu casa anterior entonces era un martirio en todas las aristas. Esta Maria me gusta... igual nadie se muere por fregar un poco.

    ResponderEliminar
  3. María nueva es lo más, eficiente y rápida. ¿Sabías que tiene cuatro dedos en el pie? Le gusta contarlo, pero tiene que entrar más en confianza.

    ResponderEliminar
  4. Pluscuimperfecta (no sé como decirte, jaja): la de antes se ataba el pelo y a veces me agarraba la planchita. Sin pedírmela, por supuesto. Y esta tampoco lo tiene, todo mal con las Marías!

    Fran: Sí, en todos los sentidos. Me siento aliviada! Y yo sí me muero! jajaja

    Mari: Es lo más, tal cual! Jajaja y eso? Creo que mejor todavía no pregunto!

    ResponderEliminar
  5. Me estoy poniendo al día con tu blog, así que voy a hacer una preguntonta: quién es maría?????????

    ResponderEliminar
  6. Jajaja, la que trabajaba en mi casa vieja. Y la nueva María es la que empezó a venir a mi casa nueva.

    ResponderEliminar
  7. ok, ya me puse al día y voy entendiendo algo... (algo, hay cosas que me quedan colgadas!)

    ResponderEliminar
  8. jajaja--- me tinca que debes ser bastante complicada... aunque admito q eso de que no te dejen solo me carga...

    ResponderEliminar