miércoles, 7 de octubre de 2009

Día 143 - Monarca a domicilio (I)

Ayer de noche, después de revisar la alacena y sólo encontrar un paquete de arroz, decidimos con Fabián pedir delivery. Optamos por milanesas con papas fritas. Las encargamos a eso de las ocho, y cerca de ocho y media sonó el portero.
- ¿Hola?
- Agustina, es mamá.

Mi reacción instinitiva fue cortar. A los dos segundos sonó de nuevo. Levanté el tubo sin emitir palabra, con la esperanza de que pensara que el portero estaba roto y yo no la escuchaba.
- Agustina, ¿me abrís de una vez?
- ...
- Ay, dejá. Justo entra alguien. ¡Subo!

- Fabián, la re puta madre, es mamá. Voy a tratar de que no entre, pero por las dudas escondete.
- ¡¿Qué?!
- Sí, escondete ya adentro del placard y si no entrás, adentro de la ducha. ¡Corré!

Fabián salió corriendo hacia mi cuarto y yo cerré la puerta que separa mi cuarto y mi baño del comedor para que pudiera esconderse tranquilo. Por las dudas de que entrara agarré la bolsa de dormir de Fabián para guardarla en algún lado. Un segundo después, sonó el timbre. En la desesperación, busqué un escondite cercano. Abrí el horno, pero no entraba, y la terminé metiendo en la heladera. Miré por el agujerito de la puerta y ya vi su tan conocida cara de orto. Pensé en hacer como que estaba dormida o en la ducha para no abrirle, pero ya había escuchado cuando la atendí, entonces no era creíble. La mejor opción, entonces, me pareció que era decirle que me estaba yendo y tratar de que no entrara bajo ninguna circunstancia. Grité "ahí voy", busqué mi bolso y me lo colgué. Fui hasta la puerta y abrí.
- Hola - dijo, y se trató de meter.
- No pases porque me estoy yendo.
- ¿A dónde? - preguntó.
- A lo de una compañera de facultad a buscar unas cosas.
- ¿Y Martín?
- Me avisó que viene tarde, así que aprovecho para ir a buscar los apuntes.
- No, esperá cinco minutos que tenemos que hablar.
- No espero nada, le dije que ocho y media estaba ahí y ya son.
- Dos minutos, Agustina.
- Bueno. ¿Qué querés? - pregunté, todavía sin dejarla pasar.
- Quiero hablar sobre Fabián. Dejame entrar, por favor.
- ¡Pero si ya me voy!
- Un minuto.

Para no levantar sospechas de por qué no la hacía pasar, abrí despacio la puerta y le hice señas para que se sentara en la mesa del comedor.
- Tenés un minuto - dije, muy seriamente.
- Bueno. Tu hermano obviamente está en un ataque de rebeldía. Quiso pararse de la mesa haciendo una escena para copiarte a vos, pero se le fue todo de las manos. Debe querer volver a casa y no lo hace por un tema de orgullo.
- No quiere volver.
- ¿Cómo no va a querer volver?
- No quiere. En cualquier lugar va a estar mejor que viviendo contigo.
- Ay, Agustina, no digas pavadas. Tiene todo en casa. Es al revés, en ningún lugar va a estar mejor que conmigo. Yo estoy segura de que está testeando a ver que hacemos tu padre y yo.
- No está testeando nada. Se fue y punto.
- ¿Se fue? ¿O sea que según vos no piensa volver?
- No, qué sé yo. No sé que piensa hacer, pero obviamente no es para ver como reaccionan ustedes. Se quería ir y punto.
- Ay, pero que locura.
- ¿Qué locura? ¡Si es lo que siempre buscaste!
- ¿Qué decís? - preguntó haciéndose la extrañada.
- Ay, mamá, somos grandes. Toda la vida quisiste que Fabián y yo nos fuéramos de ahí.
- ¡Si siempre les dimos todo!
- A nivel económico, capaz. O ni siquiera. Usabas la plata como medio para lograr que hiciéramos cosas.
- Agustinita, no nos pongamos melodramáticas. Tu hermano y vos tuvieron siempre todo. Decime donde está Fabián así terminamos con esta charla.
- En lo de un amigo.
- ¿Cuál? Ya llamé a lo de Nicolás y a lo de Guillermo y no está.
- Bueno, dejalo tranquilo. Y disfrutá de lo que siempre quisiste. Una casa que esté siempre ordenada, donde nadie escuche música ni invite amigos.
- ¿Qué pavadas decís?
- Que para vos esto es el paraíso. Siempre te quejabas de que había que hacer compras para cuatro personas, que todos los días había que pensar que hacer para cenar y que Fabián y yo molestábamos mucho. Ahora nos fuimos los dos.
- Pero...
- Pero nada. Admití algo por primer vez en tu vida. Te vino bárbaro esto.
- Tengo que ir al baño - dijo, para evitar contestar.

Tragué saliva. Si Fabián estaba en la ducha era probable que lo viera.
- No, vas en tu casa. Lucía me está esperando.
- No, dejame entrar. Es un segundo - dijo mientras se paraba.
- Mamá, no - dije, agarrándole el brazo. - ¿No entendés que me tengo que ir?
- ¡Es un segundo! - gritó, y salió corriendo hacia el baño.

Tan rápido como pude corrí atrás de ella. Abrí el placard, vi a Fabián ahí, y respiré. Saqué la caja con las fotos del casamiento, agarré dos y me tiré en la cama. Puse una en cada mesa de luz. Me paré rápido y volví hacia el comedor. Un minuto después, tiró la cadena, se lavó las manos y salió del baño. Yo la miraba desde el comedor, y veía que tenía la vista clavada en algo que parecía no entender.
- Agustina - dijo. - ¿Me podés explicar por qué la cama está hecha del lado de Martín?

22 comentarios:

  1. Que metiiiiidaaaa Odio a tu mama la odiooooo!

    ResponderEliminar
  2. Tu madre es increible! Tiene un radar para captar lo que no tiene que ver!

    ResponderEliminar
  3. NOOOOOO no te puede pasar eso!!!
    me muero por ver que le dijiste!!!

    ResponderEliminar
  4. que fuerte igualmente el trato que tienen!!! se lo merece pero me sorprende!

    ResponderEliminar
  5. Ahora me dejaste con la intriga, quiero saber qué fue lo que le dijiste.
    Espero que no se haya dado cuenta de que Fabián estaba ahi...
    Un beso!

    ResponderEliminar
  6. CHANNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN

    And now?

    ResponderEliminar
  7. No entiendo, no puede ser que tu madre se fije hasta en eso!!!!
    Ay ay ay, que feo che, estas como a prueba todo el tiempo!
    Besos :)

    ResponderEliminar
  8. Lo de tu madre supera todo lo conocido por el ser humano, es algo increible.
    Igual como te cago el que entro justo, que hdp, jajajaja.
    Espero ansioso tu respuesta, se de tu muy buena rapidez mental, asi que voy a ser exigente, jajaja.



    Besos, Rodrigo.

    ResponderEliminar
  9. Chicos, se ve que están acostumbradísimos a mis locuras porque nadie dijo nada sobre el hecho de que METÍ UNA BOLSA DE DORMIR EN LA HELADERA.

    ResponderEliminar
  10. jajaja, lo de la bolsa de dormir no me llamó la atención, si no que nunca dijiste que ya habían echo entrar la cama y ya no dormías en el colchón en el piso. Además de insoportable tu vieja ya se sarpa en detallista. ¿Tenías la alianza puesta? no sea cosa que en la segunda parte te diga "Y PORQUE NO TENES LA ALIANZAAAAAAAA¿?¡!" jaja , un beso, hace mucho no comentaba pero esta entrada me pareció graciosa ^^

    ResponderEliminar
  11. tu madre es la peor... qué ser hinchapelotas eh!

    ResponderEliminar
  12. Tu madre tiene un sexto sentido..
    Tiene calado a todo el mundo… no se le escapa nada!
    Espero que hallas zafado bien de esta!
    Saludos Agus!

    ResponderEliminar
  13. Está de viaje! no?
    Él tiende la cama de su lado porque yo sigo durmiendo, no?
    Ja! tu mamá es terrible...que le contestaste?

    ResponderEliminar
  14. le respondes con A VOS QUE TE IMPORTA, me tire a dormir al siesta y desarme mi lado. Punto

    ResponderEliminar
  15. AAAAAAAAAAAAAAAH nononono.. no puede fijarse en TANTAS cosas....
    Es casa ajena, entras al baño, agradeces y chau jeje..
    POBRE DE VOS.

    ResponderEliminar
  16. Devolve con lo que te inculcaron (culpa).
    La respuesta podria ser:

    No estamos bien con Martin, segun mi analista vengo de una familia fria donde todos esconden sentimientos y por ende eso afecta las relaciones que ya madura puedo tener.
    en definitiva planteas una probable separacion de martin como consecuencia de las actitudes de tus padres.
    Con eso tiras para un rato largo y (pre)avisas que en un futuro martin podria no ser parte de tu vida.
    Existos

    ResponderEliminar
  17. Ouch!!! Encima resultó observadora... que terrible! Es muy manipuladora tu madre...

    ResponderEliminar
  18. Insoportable tu vieja, loco!!
    Igual, qué ? Martín capaz que es ordenado y cuando se levantó hizo su parte de la cama, mientras vos dormías. (?)

    ResponderEliminar
  19. Mi mamá no es tan mala como la tuya (es un bombón en realidad) pero sí es un detector de mentiras humano. Asique estoy super aceitada con las respuestas ímprovisadas.
    Esto ya sucedió, asique el consejo no sirve de mucho, pero espero que hayas adoptado la respuesta de Floripondia: me tire a dormir una mini siesta y casi ni desarmé la cama.
    Ahora, lo que realmente no entiendo, es que teniendo una cama de dos plazas para vos sola... DUERMAS DE UN SOLO LADO!!!!!!!!
    Cuando Martín (mi Martín) se va a algún lado me despatarro toda.
    La Asociaciónde Personas que Duermen Solas en Cama de Dos Plazas deberían reveer tu situación en el gremio.

    Saludos!

    Andrea

    ResponderEliminar
  20. El otro día vi la última peli de Quentin Tarantino, Inglorious Basterds. Y me parece que tu madre se parece al interrogador, al "cazador de judíos". Es igualita. Por favor... me mata saber cómo terminó esto. Pero confío en la creatividad de Agustina. Besos!!

    ResponderEliminar