viernes, 5 de junio de 2009

Día 26 - La cena está servida (II)

-Rebecca, disculpá que me meta porque es un tema entre ustedes, pero hay algo que no entiendo. ¿No te debería alegrar que tu nieta quiera ser independiente? - dijo Simón, ante la mirada atónita de todos los presentes que no podían creer que alguien estuviera cuestionando a mi abuela.
-Ay, Simón, por favor. El hombre tiene que ser el proveedor, lo que pasa es que hay ciertas cosas que las mujeres queremos...
-Sí, sí, entendí la idea. A lo que voy es, ¿por qué?
- Por la simple razón de que siempre fue así. Las mujeres crían a los hijos y se encargan de las tareas del hogar, y los hombres son los que trabajan para mantener a la familia. El tema es que Agustinita, pobre, no sabe ni cocinar una tarta de jamón y queso. Entonces piensa que compensa su ineptitud trabajando.
Dejé el tenedor y el cuchillo en el plato, me limpié con la servilleta y la dejé sobre la mesa. Moví la silla para atrás con el objetivo de pararme e irme, pero Simón me frenó.
- Agustina, quedate - dijo, muy serio. - La que está mal acá no sos vos.
- Claro, claro, la que está mal acá soy yo - contestó mi abuela sarcásticamente. - Tengo una nieta que trabaja y encima estudia una carrera "de hombres", y la que está mal soy yo. Así está el mundo!
- A ver, Rebecca - dijo el macho muy tranquilamente. -¿Qué tendría que hacer ella entonces? ¿Dejar la carrera y el trabajo?
- Bueno, en principio la carrera. A mí cuando me preguntan qué estudia mi nieta y tengo que decir "economía" me da no sé qué. Yo le dije que tenía que estudiar secretariado, pero no me hizo caso. Igual, el trabajo no me molesta tanto, porque es de profesora de inglés. Y eso sí es "de mujer".
- Claro, además algo tiene que hacer para comprarse los zapatos - dijo Simón en un tono irónico. -Lo que vos decís entonces es que está mal que ella no espere que la mantengan.
- Exacto! Al fin nos entendemos.
-O sea que entonces lo que vos esperás de un hombre es, precisamente, que te mantenga.
- Y sí! ¿Tan difícil es de entender?
- Y...un poco. Sobre todo porque el otro no tiene la obligación de hacerlo.
- ¿Cómo que no? - preguntó mi abuela escandalizada.
- No - dijo Simón. - Yo, por ejemplo, no tengo ninguna obligación de mantenerte a vos. Y, ciertamente, no lo pienso hacer.

Durante toda la conversación, todos los presentes habíamos estado alternando la vista entre mi abuela y el macho. Como en los partidos de tennis, que vas girando la cabeza hacia un lado y hacia el otro, siempre mirando al que tiene la pelota. Sin embargo, cuando Simón hizo el último comentario, todas las miradas se dirgieron hacia mi abuela, quien estaba completamente roja.

Se quedó unos minutos ahí sentada, sin saber que hacer, hasta que se sacó la servilleta de la falda y la tiró sobre la mesa. Se paró, me miró y me gritó que yo siempre encontraba la manera de arruinar todo.

Y en ese momento tuve una revelación. Más allá de que Simón me había defendido por intereses propios, igual fue el único que se animó a decirle a mi abuela que estaba fuera de lugar. Mis padres nunca abrieron la boca, en todos estos años. Y ahí tuve otra revelación. Ya no tenía ningún compromiso con ninguno de ellos, a fin de cuentas había ido por mi hermano, pero ya no tenía obligaciones para con todos los demás. Y me dí cuenta de que podía, por primera vez, decirles todo lo que pensaba. Y me saqué las ganas de decir todo lo que tenía guardado hace años.

Empecé por mi abuela:
- ¿Yo arruino las cosas? ¿No te das cuenta de que sos vos? Lo único que sabés hacer es criticar a todo el mundo! Pero, ¿sabés qué? Ya no me interesa lo que tengas para decir. Metete tus opiniones sobre mi carrera y mi trabajo en donde quieras, pero a mí no me interesan. ¿Que estudio una carrera de hombres? ¿No te das cuenta de que tenemos una presidenta mujer? Ya no existe esa división! ¿Y trabajar para comprar un par de zapatos? Por favor. Voy a tener cientos de pares cuando sea millonaria.

Después, giré hacia la otra punta de la mesa y seguí con mi tío Daniel, que en realidad no me importaba mucho, pero tenía ganas de seguir gritando y así causar una escena aún mayor:
- Escuchame una cosa, tacaño. Si alguien te dice que traigas dos postres a una cena no podés traer ensalada de frutas y gelatina, ¿entendés? Ninguno de los dos es un postre decente. ¿Dónde está el chocolate? Tiene que haber mínimo un postre que contenga chocolate!

Me quedaban los últimos dos: mamá y papá.
- A ver, ustedes dos, escuchenme una cosa. ¿En todos estos años no pudieron abrir la boca una vez para callar a esta vieja loca? No van a cambiar nunca. Menos mal que ya no vivo con ustedes. Mudarme fue lo mejor que me pasó!

Y hubiera seguido, pero me pareció que era el momento perfecto para dar la conversación por terminada para lograr el mayor dramatismo posible. A esta altura ya estaba parada, así que simplemente moví la silla para poder salir, agarré mi cartera y mi saco del sillón y me fui.

Lo bueno de todo esto es que al menos por un tiempo, me voy a poder dejar de preocupar de que mi familia descubra lo del casamiento. Por la simple razón de que dudo que en el futuro cercano alguno me vuelva a hablar.

18 comentarios:

  1. Tengo tanto que aprender de vos. Tanto.

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  2. Jajajajaja fue buenisimo!!! te falto agradecerle a Simon el GRAN pie que te dio para poder hablar! un idolo el viejo!! y vos por fin!! cantarle las cuarenta a la familia es lo mejor del mundo! despues de eso no te joden mas!

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  3. Simón: un CAPO. Perdoname pero, aunque digas que enfrentó a tu abuela por interes propio, le quedaste debiendo alguna palabra buena onda al macho. Sin dudas. Porque la verdad dijo lo que tenía que decir, lo que nadie había dicho nunca, lo que vos no te habías animado a decir reunión tras reunión familiar... Encaró muchísimo. Andá a saber cómo habrá terminado todo con tu abuela.

    En fin... veamos lo positivo y como bien dijiste eso es, librarte por un momento de la farsa del casamiento Y haber dicho algunas cositas que tenías atragantadas. Ahora no tenés porqué aparentar con nadie y ya podés prescindir de todo encuentro que incluya, al menos, a tu abuela (incluso después de que pase la tormenta, digo).

    Beso grande! :)

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  4. Ya no se merece el mote del "macho" no?? Un capo, un capo. Y me imagino que vos te sacaste un peso de encima. Te felicito!

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  5. malisimo, yo creo que es todo mentira

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  6. Mari: Sobre qué??? jajaja

    Romi: Sí, pobre tipo. No tenía por que decir todo eso. Seguro que después de que me fui se ligó una buena puteada!

    Madie: Sí, después de que me fui me quedé pensando en eso. Pero en el momento no me salió, y dudo mucho que lo vuelva a ver. Igual, desde acá, gracias Simón! jajaja
    Y no sabés el alivio que es no preocuparme por lo del casamiento por un rato. Voy a poder dormir tranquila.

    Solitaria: Sí, pobre, voy a dejar de llamarlo así. Será Simón a secas a partir de ahora.

    Anónimo: Era cuestión de tiempo que apareciera alguien como vos.

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  7. Uh, no me digas que este es otro blog más de esos! Please.. me parecía obvio pero divertido, ahora se pasa de predecible..
    Ufa.

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  8. Que bárbaro Agustina, además en ésos momentos en los que nos despachamos con lo que teníamos dentro, cuando te fuiste no te sentías más: liviana, libre, y fuerte?
    Las malas abuelas no entran en mi mente.
    Besos

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  9. Impresionante! Ya a la altura de "empecé por mi abuela", el corazón empezó a latirme fuerte y aunque no te conozco sentí orgullo! jajajaj Igualmente lo de estudiar secretariado fue maravillosooooo

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  10. Estos son los momentos en donde agradezco no tener trato con mi familia y enterarme lo que opinan de mi, ya no me afecta.
    Bien Agus!

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  11. Me causo gracia el comentario de Cris:
    "Las malas abuelas no entran en mi mente." jajaa, en la mia tampoco, pero bueh...pasa.
    Con tus viejos te pasaste de tranqui.
    Besos Agus

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  12. Las abuelas son la escoria de la escoria....recuerdo que la mia estaba forrada en guita y la muy forra me regalaba un "jaboncito" coqueto para el dia del niño....suerte que de ella se encargan los gusanos ahora...

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  13. Fran: Sí! Estuve bien, no?

    Anónimo: Ufa por los anónimos que dejan comentarios idiotas.

    Cris: Sí, tal cual! Había tenido esas cosas guardadas por años. Incluso lo de mi tío Daniel, que era una estupidez, pero alguien le tenía que decir que era un tacaño sin remedio!
    Y sabés que eso me lo dijeron mil veces! Pero te juro que es así. A mí me encantaría desconocerlas también, creeme.

    Julia: Jaja, qué bueno haberte generado eso, yo en ese momento estaba igual, pero ya me había tirado a la pileta y tenía que seguir. Jajaja, y con lo de secretariado me torturó por años. No te puedo explicar lo que fue.

    Grisel: Qué placer! Yo creo que voy camino a eso.

    Pluscu: Sí, ya sé. Se merecían mucho más, pero igual me pareció que quedaba bien decirles eso como "cierre" de la conversación. Tendrías que haber visto sus caras.

    Anónimo: Jajaja, me pasaba lo mismo! Siempre regalos de mierda, ropa que me quedaba chica, etc. Si tenés guita, gastá en mí también! jajaja

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  14. Ay no!! me super entretuve con el blog, lo encontre por el blog de pau q te nominaron. Yo vivi seis meses en cordoba y ahora volvi a mi casa con las reglas de mis padres! y bueno yo pense que alla todos los papás eran super alivianados pero ya veo que no!, igual aca con mis 23 años!! mi novio que es arg. (imagina como se trauma) en dias de semana tiene que irse a las once. seguire leyendo, saludos!

    p.d. yo aca tenia mi maria, pero se llama enrri, ja! y al final aprendi a hacer tartas con las tapas esas pascualinas, era facil!

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  15. ¡Ay! Te imagino poniéndote unos Ray Ban, prendiendo un cigarrillo con boquilla, poniéndote una estola de zorro y yéndote dejando una estela de perfume... ¡qué estilo!

    Besos,
    Sol.

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  16. jajajajaja!!!... genial!!!... sobre todo simón...

    ey... porque no te casas con él??!!! es genial el viejo ese...jjjajaja...de veras...
    que rico q pudieses desquitarte de todos...gritarles lo que querias decirles...

    oye... me da pena tu hermano, que esta condenado ahi por un tiempo mas...

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  17. leí pocas entradas, pero me pareces una ídola. no te puedo explicar lo que me costaría decir todo eso! todo estuvo perfecto! la liberación, la paz interior que debes sentir después de escupir todo eso, en fin, grosa. saludos y abrazos!

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