A las siete vino Martín y debo decir que estaba muy lindo. Se había puesto una remera que le regalé para su cumpleaños número diecisiete, verde oscuro con un dibujito que nunca entendí, pero que me gustó. Cuando lo ví me dieron ganas de una sesión de ejercicio, pero había poco tiempo y demasiadas cosas que hacer.
Estuve media hora intentando prender el horno, mientras Martín llenaba los cajones y el ropero con ropa suya. Lo llamé para que me viniera a ayudar y aparentemente había que apretar un botón en el momento que girás la perilla. Demasiado complicado para mí, pero no me iba a dar por vencida. Metí las papas noisette en una asadera con un poco de aceite (esa no se la esperaban, pensaban que me iba a olvidar!) y me fui a vestir al cuarto.
Me había empezado a desvestir cuando Martín me vio desde el baño y me dijo "la ropa interior dejame sacártela a mí". Nos tiramos en el colchón, y dios, qué bueno que estuvo. Yo sabía que estábamos cortos de tiempo, pero un buen polvo lo justificó.
Lastima que en el interin, no entiendo qué fue lo que pasó con las papas, que cuando las probé estaban horribles. No sé si fue poco tiempo, o demasiado, pero no tenían gusto a nada. No sé como explicarlo, adentro estaban blandas o algo por el estilo, como que se deshacían. Algo muy extraño. En fin, no podía quedar como que ni siquiera había podido con papas congeladas, así que pedí cinco porciones de papas noisette por teléfono. Me pasé, pero era mejor que sobraran a que faltaran.
Después, cerca de las nueve metí el pollo en el horno, que por suerte quedó bastante bien. ¿Escucho aplausos? Gracias, me los merezco.
Por suerte cinco minutos antes de que vinieran nos acordamos de ponernos las alianzas, así que parecía que todo iba por buen camino.
A las nueve y media tocaron timbre y los hice subir. Mi madre me pidió que le hiciera un tour por la casa, que en verdad es algo tonto, ya que no hay tanto que recorrer en cuarenta y ocho metros cuadrados. Mientras le mostraba todo, se me hizo un nudo en el estómago, porque pensaba que seguramente me había olvidado de algo. Pero, por suerte, todo salió a la perfección ya que ningún detalle había sido descuidado. La comida quedó rica, no hubo quejas, así que pensé que la noche iba a terminar bien. Sin embargo, la historia fue otra.
- Chicos, ¿cómo se están llevando? - preguntó mi madre.
- Bárbaro - dijo Martín y me agarró la mano.
- Sí, genial - acoté.
- Me alegro - contestó mamá.
- Yo también - dijo papá. - Aunque, como te dije, se te extraña en casa.
- Sí, yo sé. Pero bueno, estar casada también tiene lo suyo. Me gusta vivir acá.
- A mí me gusta vivir con vos - dijo Martín, y sonrió.
- A mí también, mi amor - dije, y le devolví la sonrisa.
- Ay, me gusta que se lleven bárbaro. En fin, ya que las cosas andan tan bien entre ustedes, ¿cuándo van a "encargar"? - preguntó mamá.
- Mamá, por favor, no empieces. ¡Nos casamos hace dos meses! - grité, y miré a Martín que estaba a punto de empezarse a reír. Tuve que contener la risa yo también, porque no podía creer el tamaño de la ridiculez que había salido de la boca de mi madre.
- Sí, pero igual. Yo quiero nietos, y tu hermano con diecinueve años por ahora no me va a dar.
- Jaqui - intervino papá, y agarró a mi madre del brazo - ya hablamos de esto y quedaste que no ibas a mencionar el tema. Al menos por hoy.
- Ay, sí, pero miralos. Son una pareja perfecta, podrían tener un hijito ahora. Imaginate, Andrés, una bebita o un bebito divino.
- Mamá, escuchame. Ni siquiera tuvimos tiempo de irnos de luna de miel porque entre el trabajo y el estudio no tenemos vacaciones nunca. Definitivamente no es momento de tener un bebé!
- Bueno, pero imaginate. Vos quedás embarazada ahora y te da tiempo de terminar el año de facultad, y después vas a tener una linda pancita de seis meses y se hacen el viaje.
- ¿Y el trabajo? ¿Vos pensás que podríamos mantener un niño ahora? - pregunté.
- Bueno, sobre eso les quería hablar. Tu papá y yo estamos dispuestos a "ayudarlos".
Martín esta vez sí que casi se le ríe en la cara.
- O sea, que me querés pagar para que quede embarazada. Mirá que bien.
- No, Agustinita, entendés todo mal - replicó mi madre. - Te estoy diciendo que si quisieras, te podríamos dar una mano a nivel económico.
- Claro, sí, entiendo.
- O sea, te cubriríamos todos los gastos y además te daríamos plata para mantenerlo. Y además, un poco de plata para que tengan ustedes. Así podrían vivir un poco mejor, darse más gustos.
- A ver, ¿y cuándo tendríamos tiempo para cuidarlo?
- Yo les doy plata para que contraten una niñera - dijo, en un intento desesperado.
- Jaqueline, es imposible ahora. En otro momento puede ser - intervino Martín.
- Veo que rechazan mi oferta, entonces - replicó mamá.
- Y sí, ¿no te das cuenta que es un disparate?
- Un disparate es que pienses que te vas a mantener con tu sueldo de profesora de inglés.
- Andate, mamá. No te quiero en mi casa.
Juntó sus cosas y se fue dando un portazo. Mi papá me pidió disculpas y la siguió. Martín y yo nos empezamos a reír, y nos alegramos porque a pesar de todo habíamos logrado mantener las apariencias durante el tiempo que duró la cena. Una pareja perfecta. Sí, claro.
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Qué suerte que salió todo bien!
ResponderEliminarAhora, tu vieja está de la nuca, te quiere embarazar a toda costa!
No se puede tener hijos ahora. A mi me encantaría, pero es un desastre. No llegas con los números ni en pedo, Agus.
ResponderEliminarJajaja, me encantó. Los dos son unos genios. Hoy me estaba comiendo la uñas pensando en vos Agus. Quería saber qué mierda había pasado. Qué lástimas que no fue tu abuelo, me encanta este personaje de tu flia, siempre haciéndote y haciéndonos sentir cómodos.
ResponderEliminar¡Muy bien Agus lo del aceite!
Te aplaudo, y mi amigo acá al lado que también lee el blog, se saca el sombrero.
Besazo amor!
Agus, ya sé, ya sé todo, pero me pareció un poco fuerte eso de "Andate mamá , no te quiero en mi casa". Debes de tener muchos problemas con tu madre, yo también te lo aseguro, pero cuando abro la boca así (un poco de más) después me quedo con el corazón un poco triste y aunque se que se lo merecía, no me gusta hablar así.
ResponderEliminarEs una tontería eso de tener un hijo, pero de última es una decisión de ustedes, y no de tu madre, por más que ayude, hable, y hable y nunca calle. DEjala correr
Un beso
Tu mamá me irrita con sólo leer lo que escribís, te quiere planificar la vida, detalle por detalle!.
ResponderEliminarQué bueno que te salió bien el tema de la comida y la pareja feliz. Pasala lindo hoy con el vecino, aunque yo particularmente le tengo simpatía a Martín jaja. besoss.
Jajá se te está complicando Agus, por favor!!!!
ResponderEliminarMe mató la prendida del horno! que graciosos, "hay que apretar un boton y dar vuelta la perilla"!, ja!
ResponderEliminarSí, sí... complicadísimo...
ResponderEliminara tu vieja habria que darle una dosis de realidad. posta.
ResponderEliminaresta de la cabeza.
genial que salio todo de 10
ResponderEliminarpero tu vieja con que carajoooss se daaa la pm???
No entiendo a las madres y abuelas que quieren que uno tenga hijos antes de lograr tener un título y un poco de vida.
ResponderEliminarfelicitaciones por una cena exitosaaaaa
ResponderEliminarjaja
lo del botón del horno juro que no tendrías que haberlo contado
jajaj
beso
v
¡Felicitaciones! :D
ResponderEliminarA pesar del desenlace un tanto trágico salió todo de maravillas, al menos en lo que respecta a la imagen de matrimonio establecido y feliz que dieron :).
Se nota que no le tenés nada de paciencia a tu madre. Se sintió drástico eso de echarla de golpe. No lo juzgo, tendrás tus motivos para no dejarle pasar una.
Además, ponele que fueran un matrimonio genial, no da ni ahí tener hijos todavía. Tu madre está loquísima.
Con respecto al horno... después del episodio de la perillita, no te tira entender un poco de esos menesteres? :P
Hoy: el vecinoooooooo!!!!!!! Toda una Diosa sexual Agus, jajajaja.
Esperamos novedades mañana.
Beso grande!!! :D
uh cierto que hoy tenés lo de tu vecinito!
ResponderEliminarBueno suerte!
v
Bueno, hay que verle el lado positivo:
ResponderEliminar1°. Ya pueden trabajar en Los Simuladores, así cobrar mucha plata para criar muchos chicos. (?)
2°. Ya saben prender el horno para meterle la cabeza a tu señora madre cuando vuelva a tocar el tema.
Que bueno!! me parece perfecto que la rajes a tu vieja de tu casa!, que metida por dios! alguien le tiene que poner los puntos!! y tu papa un pollerudo total!! donde esta el caracter de ese hombre???
ResponderEliminarbueno a pesar de los comentarios medios desubicados de tu madre,te fue bastante bien en la cena, genial!!
ResponderEliminary suerte esa noche con el vecinito, mañana todos los detalles qeremos eh!
besote agus
Pero chicos, la cena estuvo bien. ¿Pero no se entendió el chantaje que hubo para que yo tuviera un hijo? Me ofreció plata! Tenía que echarla sí o sí, nunca había escuchado algo tan ridículo!
ResponderEliminarYo, en tu lugar, no la echaba y la dejaba irse por la puerta, la empujaba por el balcón.
ResponderEliminarAgus, te admiro por saber lidiar con estas cosas. Ya te lo dije, y lo repito: tengo mucho que aprender de vos!
ResponderEliminarQué situación bizarra, era casi como esas "transacciones" de alquiler de vientres (bueno, un poco extremo mi ejemplo pero me acordé de eso).
ResponderEliminarUna masa tu blog. ¡Te sigo desde ya!.
Un beso.
Yo hubiese agarrado viaje..
ResponderEliminarTotal, cobraba dos meses, maso menos y no quedaba embarazada. Me hacia la deprimida, la mandaba a cagar y me iba a de viaje con la plata que recuadé.
Pero claro, yo soy una mala persona jajaajja
Beso Agus!!
Aguuus, me quedé pensando y sin ánimo de defraudarte: el motivo por el que las papas noisete te quedaron así de feas es por el ACEITEEEE. Jajaja. No hay que ponerle nada si las hacés al horno. Porque absorben muchísimo el aceite y quedan así, blanduzcas y feas :P
ResponderEliminarPero ponte a pensar, si tu abuelito te ofreció un apartamento estando casada, y tu madre plata si tienes un hijo, imagínate que puede venir luego... digo que te pueden pedir y que te pueden ofrecer... jaja. Hablando en serio, tu mamá de verdad hablaba en serio? Quien puede planificar tener hijos a los dos meses de casados? Que pasó con eso de que la pareja se conociese y aprovechara su vida...
ResponderEliminarBueno felicidades por el éxito de la cena.
Me agarran nervios de solo leerlo, no sé como lidias con tanta presión!
ResponderEliminarPuntos a remarcar desde la última vez que pasé por acá:
1- Bendita la ropa interior de Victoria's Secret
2- La 'patinada en el tuco' me hizo reir como 5 minutos
3- Sí, es hermoso que te cocinen
4- Martín es un grande
5- Las madres siempre están desesperadas por los nietos, es inevitable
Saludoss y mucha suerte :)
Agus, yo entendí el chantaje, lo entendí totalmente y se que es una ridiculez y una mala manera de hacer las cosas por parte de tu madre.
ResponderEliminarMi madre me ha hecho muchas, bastante, demasiadas... pero es mi vieja, y sé que me quiere, y yo a ella aunque no la entiendo.
Trato de vivir mi vida con un poco de distancias y solo comparto lo necesario y le cuento lo mínimo. Y bueno ella no está conforme ni con mi vida, ni con mi marido, ni con como crío a mi hijo, ni de lo que cocino, ni de lo que me pongo de ropa, no está conforme con nada y me lo dice sutilmente siempre.
Me tiene harta !!
Pero espero que algún día cambie? no
En lo que a mi respecta, cuando me mude lejos de su casa, la relación mejoro bastante, pues ya no s epodía meter tanto en mi vida, a veces hay que seguirles la corriente...
Beso
Suerte con Sebas
guau... me quedo boquiabierta con las reacciones de la progenitora... y al mismo tiempo me causa tanta gracia! y para Martin exijo santificación!
ResponderEliminarA tu vieja ele falla un poco, no? con onda.
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